sábado, 14 de febrero de 2009

Ir al banco... ¡Qué complicado!


Sí, es complicado. Cambiar dinero no suena tan difícil, pero acá es un trámite que, como diría mi mamá, es más largo que un domingo sin plata.
Primero tenés que llenar una hoja con un montón de datos. Aún cuando ya tengo tarjeta de residencia no puedo olvidar el pasaporte, sino es viaje perdido.
Luego pasar a la ventanilla. Sacan copia del documento. Topás con suerte si no te revisan todas las visas que tenés, los sellos y cuánto dibujito vean. Quien atiende en la caja hace llamadas a los superiores, los superiores a sus superiores y así hacia arriba a toda la jerarquía... ¡Es tedioso! Y aún no termino de entender qué será lo que tanto les da curiosidad con nuestros pasaportes.
¡Ja, ja! Y si sos tico al rato nunca hayan escuchado el nombre Costa Rica, así que a armarse de más paciencia.
Después, si te parecés al de la foto entonces te cambian los benditos 20 dólares.
Y por favor, nunca perder una tarjeta del banco chino. Tienen que preguntarle a tanta gente, que talvez ya regresaste a la madre patria cuando te tengan la nueva lista...
Aún así, con estos collages de preguntas y su complicada burocracia para cosas sencillas, estos chinos siguen haciendo crecer a su economía como espuma... Bien por ellos. Y bien por mí porque mi paciencia está aumentando :D

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