
He visto cosas interesantes acá, pero hace poco vi una de las cosas que me parecieron más curiosas en toda mi vida: la manera como hacen palomitas de maíz en la calle cerca de mi universidad.
El olor era asombroso. Maíz reventado con unos matices de azúcar. La fragancia era dulce y recordaba a casa, mi casa. La fábrica era una mesita de madera gruesa que medía menos de dos metros de longitud, seis o siete bolsitas apretadas, llenitas de popcorn caliente y una maquinita oxidada por tanto uso. La máquina era una especie de olla, tenía color de clavo de muelle, entre rojiza y cafezusca. En la tapa en lugar de agarradera tenía una palanca que el chino sudoroso le daba vueltas y vueltas con una energía que me hacía doler el brazo. Dos minutos después abrió la tapa y la fragancia dulce a inundó el ambiente cercano. Volteó la olla y las palomitas blancas caían una tras otra en una urna de vidrio con un bombillo de tal vez unos 50 watts que las mantenía calientes y frescas.
"¿Duo shao qian?"- preguntamos curiosos por el precio.
"Lian kuai"- contestó el agitado chino.
¿Dos yuanes? ¡Son menos de 200 colones! Y por comer popcorn que recuerde a casa...
2 comentarios:
Mariela me alegra montonones que podamos seguir leyendo y sabiendo un poquito de lo que estas viviendo en el otro lado del mundo.
No dejes de escribir que aqui estamos muy pendientes de ti.. cuidate mucho!
... y el microondas??? Tantos que nos vienen de China y no hacen las palomitas en micro ondas! (Seguro no los usan porque son muy malos... ja....). Un poco de humor negro.
Amiga, espero que estes bien, un abrazote.. te extrañamos!!!
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